miércoles, 2 de septiembre de 2009

AMARRARSE LOS ZAPATOS, UNA EXPERIENCIA ÚTIL PARA NUESTRA VIDA

AMARRARSE LOS ZAPATOS, UNA EXPERIENCIA ÚTIL PARA NUESTRA VIDA


¿Amarrarse lo zapatos, toda una ciencia, un arte o simplemente algo que todos tenemos que saber hacer?

Podríamos decir que el amarrarse los zapatos es una ciencia que nos heredan nuestros padres, algo tan importante que nos será útil todos los días por el resto de nuestras vidas; cuando nuestro padres nos empiezan a hablar que hay que formar las orejas con el cordón de los zapatos y pasar los extremos por la oreja mas pequeña y halar para que quede listo. Estos pasos quedarán grabados en nuestra mente para toda la vida, ya que los tenemos que hacer todos los días y se convierte en una actividad habituada que realizamos inconcientemente, aunque al principio, solo seamos capaces de armar los nudos mas complicados de deshacer, gracias a nuestras inexperiencia con los cordones, nudos que ni siquiera nuestro padres son capaces de resolver y la que única alternativa que nos dejan es cortar los cordones y reemplazarlos por unos nuevos.

Cuando somos niños el aprender a amarrarnos los zapatos es signo de independencia sobre nuestros padres así como lo es el aprender a ir al baño solos, aprender a utilizar los cubiertos, entre otros. Por esto recuerdo con gran satisfacción el día en el cual logre amarrar mis zapatos sin la ayuda de mis padres, rápidamente salí corriendo y gritando a decirles que por fin lo había logrado, que miraran como me habían quedado de bien amarrados mis zapatos, aunque el aprender a amarrarse los zapatos no es de por si el único problema que encontramos en los niños mas pequeños, encontramos el inconveniente de ponerse los zapatos de la forma correcta, y no como le pasa a la gran mayoría, el colocarse el zapato derecho en el pie izquierdo y el zapato izquierdo en el pie derecho, claro que para los padres es una gran diversión observar las ocurrencias de sus hijos, mientras aprenden la forma correcta de ponerse y amarrarse los zapatos.

En la actualidad nos encontramos con programas de televisión o videos en DVD, que les enseñan a los niños como deben atarse los zapatos, de cómo pueden aprender de una forma divertida y muy didáctica, ya que sus padres no tienen el tiempo suficiente para enseñarles, podemos decir que estos programas o videos son un buen invento, ya que podemos entretener a nuestros hijos y que al mismo tiempo estén aprendiendo algo que les será muy útil, y al final los que se llevaran todo el crédito por que los niños aprendieron el arte de atarse los zapatos serán sus padres, porque ellos fueron los que les compraron el DVD o los que le pusieron el programa de televisión, pero también hay que reconocer que son los padres, los que incentivan a sus hijos y le dan al menos una explicación para que la tomen como guía. Así con la ayuda de dichos programas, finalmente puedan aprender a amarrarse sus zapatos, y cuando al final lo logren irán hasta donde sus padres para enseñarles el fruto de su esfuerzo frente al televisor, con sus zapatos, por fin, atados por ellos mismos, sin ayuda de nadie.

Ya después de aprender a amarrar nuestros zapatos viene la época de perfeccionar este arte, al principio es con la practica, de cada 5 o 10 minutos, como apenas estamos aprendiendo, no nos quedan bien ajustados los cordones y se desatan con mucha facilidad al estar corriendo y jugando, y gracias a estos zapatos rebeldes, es que nuestra madre nos dice que toca hacerle un doble nudo (amarrarlo dos veces, una encima de otra), pero dicho arte nunca lo terminaremos de perfeccionar, siempre habrá una ocasión en la cual estemos caminado por la calle, en la casa o en cualquier lugar y bajemos nuestra mirada, y hay estarán, veremos nuestros cordones sueltos, nuestros zapatos desamarrados, y tendremos que agacharnos y automáticamente nuestro cerebro mandara las respectivas señales a nuestras manos, y empezaremos nuevamente a repetir automáticamente aquellos pasos que hacen posible que podamos amarrarlos nuevamente, con le que podríamos decir que si necesario para nuestras vidas el aprender a atarnos los zapatos, ya que lo haremos por siempre.

Luego de perfeccionar dicho arte de amatarnos los zapatos, y como no es suficiente, empezamos a amarrar otras cosas, lo primero que se nos ponga en nuestro camino y que tenga cordones o cuerdas, porque tenemos que demostrarle a todos los que nos rodean (hermanos, primos, amigos, etc.), que si podemos atarnos los zapatos, que no necesitamos de nadie mas, que somos totalmente independientes en cuanto a este asunto.

Pero, si será necesaria tanta práctica, en realidad si sirve para lago saber atarnos los zapatos, por que hoy en día, existen distintos tipos de calzados que no tienen cordones y no necesitan ser amarrados, como lo son las sandalias, botas y hasta incluso, zapatos que vienen con su propia cremallera para ser ajustados. Por esto doy como ejemplo, a los niños de la costa, que siempre andan con sandalias, chanclas o hasta descalzos, qué importancia tiene para ellos el saber amarrarse los zapatos, si no los utilizan. Hay es donde entramos a ver si en realidad es tan bueno enseñarle a nuestros hijos a amarrarse los zapatos, porque no enseñarlos desde pequeños, mas bien a utilizar botas, o zapatos con cremallera. Así quedaría esta práctica totalmente obsoleta, y no perderíamos tanto tiempo enseñándoles algo innecesario, no pasarían tanto tiempo frente al televisor aprendiendo algo que no les va a servir de nada.

Pero también es cierto que nos es bueno para la salud estar todo el tiempo con botas o sandalias, es necesario tener un buen descanso con nuestros pies, sobretodo en aquellos días en los cuales practicamos algún deporte o caminamos bastante, es aquí, donde el utilizar zapatos cómodos, que tienen cordones los cuales podemos amarrar, nos ayuda para poder realizar estas actividades sin cansarnos tan rápido, y de una forma mas saludable con nuestro pies.

Entonces el aprender a amarrar nuestros zapatos si es algo bueno, después de todo, si valió la pena tanto esfuerzo y dedicación, para aprender como atarlos, y la practica y el empeño que colocamos para perfeccionar dicha técnica, entonces debemos agradecer a nuestros padres por enseñarnos este arte, que en cierto modo nos ayuda a cuidar nuestra salud y mejorar nuestra vida.

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